Enfundada en el traje de baño rojo del equipo de Guardianes de la Bahía (Baywatch en Estados Unidos), una icónica serie de la década de los 90, donde un grupo de atractivos jóvenes salvaban gente de morir ahogada, Yasmine Bleeth hipnotizó a muchos adolescentes (y a otros no tanto) al verla correr por las playas de Santa Mónica, California.
Incluso, su personaje Caroline Holden llegó a hacerle sombra al de Pamela Anderson. Pero esa imagen que llevó a Bleeth a ser considerada como una de las mujeres más bellas del mundo, según la revista People, ha quedado atrás.
A casi dos décadas de haber dicho adiós a Hollywood, un par de imágenes difundidas en redes sociales estos días han dejado boquiabiertos a los fans de Guardianes de la Bahía.
En ellas se observa a Yasmin, de 51 años de edad, casi irreconocible paseando por las calles de Los Ángeles, y no sólo por llevar un vestido colorido y una sudadera negra con capucha, donde ya no vigila la playa sino a su perro.
Yasmine tenía 25 años cuando se incorporó al reparto de Guardianes de la Bahía, por pura casualidad. Llegó para interpretar a la hermana de Stephanie Holden (Alexandra Paul) en un único capítulo; sin embargo, le gustó tanto a David Hasselhoff, protagonista y productor de la serie, que se quedó durante cuatro años más (1993-1997) hasta que la despidieron por su adicción al alcohol y la cocaína.
El productor Douglas Schwartz contó en 2012 a la revista Esquiere que durante esa etapa “era demasiado difícil tratar con ella”.
La actriz declaró en 2003 a la revista Glamour que se enganchó aún más a la droga en 1998 cuando terminó su relación con el también actor Richard Grieco. Se iban a casar, pero Bleeth canceló la boda al enterarse de que él había dejado embarazada a una modelo durante su noviazgo, refugiándose en la cocaína.
“La coca se convirtió en mi chico, mi mejor amigo… consumía varias veces al día y podía pasarme varias noches sin dormir”.
Sus excesos comenzaron a perjudicar en su carrera artística: falta de proyectos y rechazo a los pocos que le ofrecían; además de un evidente aspecto físico deteriorado, hasta el punto de desplomarse en el set de rodaje, para acabar yendo a rehabilitación en Promises, una clinica de Malibú, California.
A finales de 1999 había dejado de parecerme a mí misma. Mis amigos decían que parecía una extraterrestre, que los ojos se me salían de la cara. No tenía aspecto anoréxico, pero en lugar de una talla seis tenía una cero
En 2001, cuando ya había salido de la clínica, Bleeth fue arrestada por estrellar su auto en la ciudad de Detroit. En ese momento iba acompañada con el que hoy es su marido, Paul Cerrito, a quien conoció en rehabilitación en el 2000. Llevaba 25 gramos de cocaína encima, además de estar en estado etílico. Pasó una noche en tras las rejas y acabó pagando con dos años de libertad condicional y 100 horas de servicio comunitario.
Su relación con Paul Cerrito, del que dijo se enamoró nada más verlo, la impulsó a dejar las drogas:
“Gracias a él estoy sobria. Nada solía hacerme sentir tan bien como la cocaína hasta que me enamoré. Ahora la sensación que tengo cuando estoy con Paul es mejor que como me sentía con la cocaína”.
Incluso, confesó que su preocupación en ese momento era no volver a recaer al tratarse de una adicción más psicológica que física.
En 2003 desapareció definitivamente de escena y no volvió hasta 2010. Con 41 años sorprendió posando de nuevo en bañador, esta vez blanco, para la campaña Got Milk? en favor del consumo de leche en Estados Unidos.
Yasmine Bleeth volvió para hacer soñar a sus fans de Guardianes de la Bahía con un posible regreso, que nunca terminó de producirse. De hecho, lo siguiente fue desaparecer otros cinco años más. Hasta 2015, no volvió a aparecer ante las cámaras. Esta vez los paparazzi la captaron en Venice Beach, California, junto a su marido.
La imagen difundida hace unos días, donde aparece con un aspecto físico diferente, ya no tiene nada que ver con el que un día la hizo famosa.
Infobae