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En marzo de 2018, fue detenido Keith Raniere, el líder de una secta de nombre NXIVM, que tenía su sede en Estados Unidos, donde reclutaban personas bajo el argumento de que mejorarían su vida; sin embargo, se descubrió que se daban prácticas de tráfico y abuso sexual; así como trabajo en condiciones de esclavitud y lavado de dinero. Algunos de los seguidores incluían empresarios mexicanos como Emiliano Salinas, hijo de un expresidente y esposo de Ludwika Paleta.
Ahora, la actriz mexicana Verónica Jaspeado cuenta su experiencia en esta organización, donde las mujeres eran marcadas con las iniciales del líder con un hierro candente en el bajo vientre, con el fin de alertar a otros y evitar se involucren en algo como esto. «Es una experiencia fuerte y es real», advirtió al programa mexicano de televisión Ventaneando (TV Azteca).
«Si me animé a hablar es porque le puede pasar a cualquiera. Sinceramente, lo dudé muchisimo porque decía ‘me libero de todo esto’. Pero había una parte en la que decía ‘si mi experiencia les puede servir a otras personas, me aguantó mi vergüenza'», confesó. «Justamente, ese pensamiento de que ‘a mí nunca me pasaría’ es el primer paso con el cual te podría pasar. No estamos vacunados [para eso]. Es importante abrir los ojos y darnos cuenta de que hay mucha gente mala».
Ahora, Verónica Jaspeado ha recuperado su vida y su carrera actoral; lo cual, la hace sentir «emocionada». Al mismo tiempo tiempo, revela que «me siento tranquila, agradecida» y solo busca dejar atrás los malos momentos que vivió.
Por su parte, Keith Raniere fue condenado a 120 años de prisión por los delitos de asociación delictiva, conspiración, tráfico sexual y posesión de pornografía infantil.